En muchas ocasiones te habrás preguntado en qué se diferencia un tipo de jamón del otro. ¿Sabes qué variedades existen? ¿Qué tipo de jamón debería poner para una ocasión especial? ¿Cómo los diferencio?

Si ha llegado el momento en que tienes que ir a la tienda o la charcutería y tienes que comprar jamón es posible que te preguntes ¿lo compro ibérico o no? Algo también que deberías preguntarte es para qué situación lo necesitas. Por ejemplo, no es lo mismo utilizar el jamón serrano para un bocadillo que para una cena de Navidad. La situación te aconsejará por sí misma el tipo de jamón que mejor se adaptará a tus necesidades.  Y antes de esto, analicemos pues las diferencias entre ambos.
El jamón ibérico proviene del cerdo ibérico, una especie que ha sido seleccionada para aprovechar el medio del cual se alimenta. Este cerdo tiene al mismo tiempo una gran capacidad para acumular grasa bajo la piel e infiltrarla bajo los músculos, esto es lo que le otorga la característica veta blanca. Normalmente estos cerdos son de color negro, se les conoce por ello como “jamón de pata negra”, pero también existe la posibilidad de encontrar un jamón ibérico de patas claras.
Variedades del jamón ibérico (depende del alimento consumido por el animal):

• De Bellota: proviene del cerdo ibérico que se alimenta de bellotas y pastos
• De recebo: alimentado con bellotas, piensos y pastos.
• De cebo: tiene su origen en aquel cerdo que se ha alimentado a base de pastos naturales y piensos.
• De cebo de campo: proviene de aquel cerdo alimentado por pastos naturales y piensos en terrenos al aire libre.

Y por otro lado, tenemos el jamón blanco una de las variedades más consumidas ya que su precio es más económico. Aquí se engloban todos aquellos jamones que no procedan del cerdo ibérico sino de los cerdos blancos.  Dentro del jamón blanco podemos distinguir entre:

• Jamón serrano;  tiene su origen en los cerdos de capa blanca, criados generalmente en régimen intensivo, alimentados con piensos que contienen un elevado porcentaje de cereales y con un tiempo mínimo de curación de 7 meses, llegando a alcanzar, según marcas hasta los 24 meses.
• Jamón curado: Se obtiene también de cerdos de capa blanca, criados generalmente en régimen intensivo, alimentados con piensos, los cuales tienen también un elevado porcentaje de cereales.

Para diferenciar estos dos tipos de jamones basta con que prestes atención a la etiqueta donde se indica la categoría del producto así como la garantía de calidad. También, en los certificados de calidad podemos encontrar otros certificados de calidad en función de las denominaciones de origen.