Toda la gente estamos acostumbrada ya ha escuchar las palabras “productos gourmet”. Siempre acabamos relacionándolo con la gastronomía y con “el buen comer”. Todos buscamos llenar nuestra mesa con productos delisiosos y acabar conformando así una mesa ‘delicatessen’. Muchas veces basta con poner un buen jamón ibérico a ser posible loncheado (como por ejemplo esta Paleta ibérica de bellota Extrem de 100gr). La cuestión es que con pocos productos podemos conseguir una mesa de escándalo o por ejemplo este lomo ibérico puro de bellota Extrem de 1 kg). Posibilidades hay muchas, no hace falta complicarse mucho, sólo hace falta saber elegir qué productos poner y cuáles no, y a partir de aquí, encontramos miles de recetas que podemos hacer.

Si buscamos la definición de gourmet o gastrónomo (la palabra gourmet viene del francés para designar a un empleado de una vitivinícola) encontramos que se trata de “una persona con gusto delicado y exquisito paladar, conocedor de los platos de cocina significativamente minuciosos, que tiene la capacidad de ser catador de talentos de gastronomía al probar el nivel de sabor, fineza y calidad de ciertos alimentos y vinos”. Es lo que se viene conociendo como una persona con un paladar exquisito, que su filosofía de vida es degustar productos con un sabor de escándalo.

Un catador de comida es capaz de distinguir si un plato es “delicatessen” o si por el contrario no lo es. Sabe perfectamente las exigencias que requieren las preparaciones de los productos alimenticios de la más alta gastronomía. Si lo que queremos es escoger un tipo de producto gourmet, nos encontramos que existe una amplia variedad de posibilidades (ya sea de comida o de bebida: por ejemplo embutidos, jamones, quesos, caviares, pastas, carnes, mariscos, salsas, chocolates, postres, vinos, licores… Y un largo listado, por ejemplo este Arroz Bomba El Cazador D.O Valencia de 1 kg es una auténtica delicia para aquellos que disfrutan con los caldos o las mundialmente conocidas “paellas valencianas”.

Ser gourmet es saber deleitar un buen producto y saber valorar su calidad y también su presentación. Es poseer una gran experiencia en materia gastronómica, es como una filosofía de vida. Cada vez más encontramos a profesionales que se dedican a formarse en este tipo de profesión ya que la gente quiere y exige productos de calidad y sólo los que se dedican a estudiar y valorar estos productos puedan catalogarlos como gourmet. Su paladar, su olfato y su vista tienen un valor especial y son capaces de distinguir cualquier detalle entre decenas de aromas diferentes.